Procedimiento estandarizado para el sistema de taxonomía de activos

Comencemos por mencionar el contenido de la Norma. La norma ISO 14224 proporciona pautas y metodologías para la recopilación y análisis de datos de confiabilidad, mantenibilidad y disponibilidad de activos. Se centra en la estandarización de la terminología, la categorización de fallas, la recopilación de datos y el análisis de datos relacionados con el mantenimiento de activos. Su objetivo principal es mejorar la toma de decisiones y optimizar la gestión del mantenimiento.

Por otro lado, la taxonomía de activos en mantenimiento es un sistema de clasificación utilizado para organizar y categorizar los activos físicos de una organización en función de su naturaleza, características y requerimientos de mantenimiento. La taxonomía de activos en mantenimiento proporciona una estructura para identificar, rastrear y gestionar los activos de manera eficiente.

Su relación se radica en que ambas herramientas pueden complementarse y utilizarse de manera conjunta en la gestión del mantenimiento, beneficiando al equipo en temas relacionados con la organización y categorización de los activos físicos en función de su naturaleza, características y requerimientos de mantenimiento.

La taxonomía de activos en mantenimiento puede ser utilizada como una estructura de clasificación de datos relevantes a recolectar de conformidad con el Estándar Internacional, esto representado mediante una jerarquía, a la vez dividida en dos categorías, la primera por su uso y ubicación, y la segunda, por la subdivisión de equipos. Cada segmento de la jerarquía debe ir relacionado con los diferentes flujos del negocio y los tipos de equipos. Es muy importante que, en este punto, todo esté bien documentado de una manera entendible y práctica para consulta y entendimiento de cualquier persona involucrada.

A través de esta clasificación, se pueden establecer estrategias de mantenimiento adecuadas para cada categoría de activos, lo que ayuda a optimizar los recursos y garantizar un rendimiento óptimo de los mismos. Esta clasificación puede ser de forma óptima si se contempla como base las categorías definidas en la norma ISO 14224.

Ambas herramientas pueden utilizarse de manera complementaria para una gestión más efectiva del mantenimiento de activos, proporcionando una visión más clara de los activos de la organización y facilitando la toma de decisiones informadas sobre la asignación de recursos, la planificación de mantenimiento preventivo y la optimización de costos.